jueves, 24 de marzo de 2011

Amazonas.


Hoy les voy a contar sobre mi viaje por la selva peruana, la Amazonía peruana, con la que aún sigo alucinando.

Nos embarcamos rumbo a Perú con escala de un día en Lima para partir al día siguiente a Iquitos.

Iquitos está aislado del resto del país, solo se llega en avión o por barco y es como me imagino que es Macondo.
Cuando te bajas del avión la humedad te da una cachetada y cuesta hasta respirar. Yo no me quedé en Iquitos, pues compramos un paquete y en la agencia nos esperaba Dixon, un guía oriundo de la selva, quien nos llevó a Cumaceba Lodge, 30 minutos navegando por el río Amazonas.

Sentí una emoción tan grande cuando nuestro bote entró en aguas amazónicas, ganas de llorar, de reír, de abrazar........ Pero allí estaba yo, navegando por el río más grande y más caudaloso del planeta.


El lugar es tal como se muestra en la página, acogedor, limpio, en medio de la selva.
Está prohibido salir del recinto sin el guía, pues hay muchas cosas peligrosas para nosotros simples citadinos.
Evidentemente, no hay electricidad, la luz se reduce a lámparas de alcohol, lo que hacía todo más mágico aún.



En la selva amanece a las 5 y media y a las 6 de la tarde ya se pone el sol y los sonidos que se escuchan varían según la luminosidad.
Durante el día quedas extasiado ante tanto canto de distintas aves, miras para todas partes a ver si las ves, los monos gritan, todo tiene su sonido.
Por las noches los insectos son los que más se oyen y croc croc de ranas hasta el amenecer.

Lo más bello lo viví en el tour de la noche para observar caimanes, íbamos en bote-piragua por un río muy estrecho, bueno nunca vi caimanes, pero cuando Dixon apagó la linterna, todo se iluminó de luciérnagas........fue como Avatar.


Vimos muchos animales, tucanes, perezosos, muchos monos, anacondas, aves que solo ves en Discovery Channel, mariposas, insectos, peces.




Es un paraíso. Estiras la mano y tienes comida. Papayas, plátanos, yuca, y muchas a las que no les sé el nombre. Me sentí tan insignificante en medio de la exhuberancia, una millonésima parte del planeta, tan pequeña ante la Madre Tierra.




Conocimos a la tribu de los Yahuas, hicimos caminatas por la selva, pescamos pirañas, observamos delfines, hasta nos zambullimos en el río. También quedamos como coladores de tantos mosquitos que nos picaron, pero todo valió la pena


Todo por estar ahí donde aunque no lo parezca, va quedando poco, las madereras, refinerías de petróleo, viaductos, todo va destruyendo a este hermoso ecosistema. Así es el progreso ¿no?
Fue un viaje que le recomiendo a cualquier persona que ame la naturaleza.....pero háganlo pronto!!!!!!



P.D.
Por supuesto que probé las cervezas peruanas. Las "pilsen" peruanas. La verdad es que adoré al pueblo peruano, son muy amables todos, pero sus cervezas son muy malas. Lo siento, pero hasta la Cristal es rica al lado de una Zenda, Callao.......y la Brahma, oh por Dios, podía ser peor!!!!!!!! y la Iquiteña, era como agua, pero bueno, supongo que ellos beben cerveza como bebida para matar la sed, pues casi no tiene graduación alcohólica. La cusqueña no la tomé por que la verdad es que ya me encontraba bastante desilusionada y además esa la encuentro acá.
No recorrí mucho Lima, solo Miraflores, el centro y el Museo del Oro, pero el fuerte es el pisco sour, del que solo probé unos sorbos y bastaron para hacerme arder el estómago.

P:D 2.
En Lima me quedé en Pariwana Hostel, muy limpio, seguro, barato, cómodo, con un rico desayuno y muy bien ubicado.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Buenas Cervezas




Creo que me tendré que comprar una libreta o algo para anotar mis "catas" por que ultimamente tengo lagunas mentales importantes.

Empezaré contando que un día de trabajo fui a almorzar al Budapest de Irarrázaval y dentro del menú te puedes pedir o un vaso de jugo, un vaso de bebida o un vaso de cerveza, obviamente pedí la cerveza. Rubia, negra o amber. Elegí Rubia. ...............................Lo mejor fue cuando llegó un señor con su botella de coca-cola a llenarla de cerveza por que te la venden por litros, yeah!.
La cerveza en cuestión es Die M, una cerveza sin filtrar, yo pedí una tipo Ale, tiene gran cuerpo, aromas frutales, un color dorado intenso, suave al paladar, la recomiendo.


Debo decir que las micheladas del mismo lugar son notables, lejos, la mejor bebida para matar la sed, y el precio, más que razonable, 1.800 pesos el shop de medio. Hay distintas recetas para preparar michelada. Es basicamente cerveza con limón, en el borde del vaso lleva sal y a veces aquí en Chile le ponemos merquén, que es un aliño picante mapuche.


Otro lugar que quiero recomendar, por la gran variedad de cervezas, precios y atención, es el Celtica, en Patio Bellavista. Ya había ido antes, pero aquella vez me pedí la cerveza más cara de la carta, quedando con ganas de seguir ese festín.

Esta vez pedí una Tübinger, la variedad Tübinator Strong Dark Ale, de 8,5º, qué puedo decir, gran cerveza, aroma a café tostado, algo chocolatada, cremosa, el amargor perfecto. Ruda. Amé esta cerveza, solo que sucedió algo terrible. Era tanta mi hambre aquella noche que pedí el vegetariano de la casa, tamaña fue mi sorpresa ante aquel monstruoso pan con ingredientes que jamás pensé ponerle a mi sandwich. Maravilloso. Lo malo vino después, ya que no pude terminar mi shop, sí, dejé un poco menos de la mitad ante la atónita mirada de comensal, que sí pudo con su Red Ale, también Tübinger, 4,5º, una frutosa cerveza bien helada, y su poderoso sandwich.

Además esta cerveza está elaborada acuerdo a la Ley de Pureza Bávara de 1516 (ingredientes naturales, sin filtrar ni pasteurizar).

Recomiendo esta cerveza, pueden encontrarla en varios lugares de Santiago, en El Ciudadano (seminario 400), en el Ópera-Catedral (Merced 395), en el Refugio Lo Valdés para los montañistas, en el Patagonia en el barrio Lastarria, en algunos supermercados Tottus y Lider