viernes, 22 de julio de 2011

Yo y el fútbol.


Con el frío que hace en Santiago y a mí se me ocurrió ir a ver un partido de fútbol (donde no juega Chile) a un restaurant, pero bueno, la posibilidad de que Forlán metiera un gol y se levantara la camiseta era grande, así que me puse calcetines de lana y partí junto a mis súbditos.

Soy fumadora, así que no concibo ir a un bar, restaurant, picada, lo que sea y no poder prender un cigarrillo, (aunque altera seriamente los sabores de las cervezas), entonces los lugares a los que puedo ir con mi cachorro de 15 años con estas características no son muchos, por eso fuimos otra vez al Backstage en el Patio Bellavista, dentro no se fuma, pero afuera tienen "estufas de patio" y siempre hay padres con hijos, así que ahí nos sentamos, junto al ventanal para ver el partido en pantalla gigante.....

El Backstage me gusta, tiene una tremenda carta de cervezas artesanales e importadas, pero, esta vez no había muchas. Por otro lado, las tablas de queso están guateando, cada vez más escuálidas y el precio sigue siendo el mismo, pero las pastas y pizzas son buenas y abundantes.

Partí con una Mahina Stout, de la Isla de Pascua dice la etiqueta, me pareció una curiosidad.


Investigué un poco y efectivamente es elaborada en la isla por un señor de apellido Rapu, Mahina significa Luna y es el primer producto de exportación de la isla.


Con un aroma dulzón, un poco de chocolate, de 6,8º me pareció bastante buena, tiene poca espuma y es muy negra, el amargor es justo y necesario y el regusto a café bien tostado. Me gustó. $2.990 la botella de 330cc.

Entre medio, los argentinos no pueden vencer a los uruguayos y se van al alargue, pido mi lánguida tabla de queso y sigo saboreando mi cerveza.

Mi acompañante mayor de edad se confundió entre las cervezas que había en la carta y las que le decía la niña, así que le ofrecí pedir por él, pero como me tomo mi tiempo, él se impacienta y pide la que le ofrece la mesera, tengo La Chouffe, dice ella, ya esa, dice él.

El problema vino cuando mirando la carta veo que la cerveza en cuestión cuesta 9.990 pesos agegreagrgrg, pero él me calma diciendo que pidió la de 330 cc, ahhhh.

Brasserie d'Achouffe es una cervecería que está como en un bosque en Bélgica, así que tienen rollos con duendes y gnomos, los que aparecen en sus botellas.

Nuestra cerveza era una La chouffe, una cerveza rubia sin filtrar y fermentada dos veces, una en barril y otra en la botella. He estado leyendo y su sabor va variando según el tiempo que se la deje en botella, pero como es rubia, yo creo que hay que beberla joven.



Tiene un bonito color dorado y me pareció bastante carbonatizada. Un aroma muy dulce al principio, su sabor es amargo al principio pero ligero y al final es dulce, se sienten los 8º de esta cerveza, yo le sentí sabor a alcohol en el regusto.

Me pareció una muy buena cerveza pero, muuuuuuuuuuuuy caraaaaaaaaaaaaaa, $4.990. la botella de 330cc.

Ya estábamos en los penales, así que por primera vez, repetí la cerveza, la Mahina obvio, celebramos a Uruguay, Forlán no se sacó la camiseta y me informan que eso ya no se hace pues les ponen tarjeta, el fútbol ha perdido todo la magia y yo sigo descubriendo más sabores cada día.

lunes, 11 de julio de 2011

Tengo frío pero igual tengo sed.


Ha hecho tanto frío en Santiago que me he puesto un poco abuela. Las cervezas que he probado últimamente han sido de supermercado y los lugares que he visitado resultaron ser poco constructivos, un retroceso en esta búsqueda.
Sin ir más allá, el fin de semana pasado me puse un grueso abrigo y partí junto a mi consorte al Sótano, en el Barrio del Parque Forestal, claro que como ya dije que me he puesto abuela, a las 6 de la tarde estaba cerrado, así que fuimos a hacer la hora y nos sentamos
en las mesas del Café Bizarre, donde nos congelamos de frío y tomé una de las cervezas más desabridas desde que escribo este blog.

Se trata de Yagán de Austral, 5º, no aprecié bien su color pues no hay mucha luz en la calle, solo sé que era café, no tenía NADA de espuma, ni normal, simplemente no tenía, aroma a caramelo, pero la verdad es que no sabe a NADA, muy aguada, ni amargor, lo peor es que se me ocurrió invitar y la maravilla estaba a 1.990 pesos la botella de 330cc.



Estoy pensando que se había hechado a perder.
(estas fotos las tomé prestadas).

Tras este impasse nos dirigimos hacia el 125 en Constitución en el Barrio Bellavista, donde sólo había shop de Mestra, que tampoco es de mis favoritas, pero bueno, había que darle otra oportunidad, tal vez el shop es distinto a las botellas.

Tiene un bello color rojizo y un gran aroma frutal, pero el sabor es ahí no más, ya que me pareció un poco aguada, como dice en mi libro, es plana.


El lugar es simple, con hartas mesas, barato, no tiene una gran carta de cervezas pero tiene buena música, rock all night y estaba leyendo que es un lugar concurrido por artistas, pero a esa hora, los únicos artistas éramos yo y el comensal.

Acompañamos con papas fritas y pizza recalentada, esto todo me pasa por ser abueeeeelaaaaaa.
A 2.200 pesos el shop de medio de Mestra.




Cambiando de tema, un día me vino a visitar mi gran acólito, y como él también está dejando el pitcher de 2 lucas, pasó por el Unimarc de Portugal, donde hay una gran variedad de artesanales, y mientras lijábamos una obra de arte catamos algunas que yo no había probado.



Grassau Lager, 5,5º, de color dorado pero muy clarito, bastante sabor y amargor, además la espuma es súper duradera, y te deja un sabor muy agradable, me gustó, a 1.190 la botella de 330 cc.





Imperial, 4,6º, otra lager, cumple su misión a la perfección, quitar la sed, nada más. 1.090 la botella de 330 cc.




Y también una Kross Pilsner, 4,9º, fue como la luz entre las tinieblas, ya la he bebido en innumerables ocasiones, aroma a lúpulo, color dorado, es espumosa, buen amargor, me gusta, también a 1.190 la botella de 330 cc, tiene varios premios esta pilsner.





No es que ande odiosa con las cervezas, pero si he comprobado que el paladar se vuelve más exigente, es una pena que las cervezas buenas no sean baratas, pero por otro lado hay que pagar la calidad. Así no más, congelada pero con sed, llevo este informe a su hogar.