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lunes, 13 de junio de 2011

Buscando Rothhammer



El sábado recién pasado me sentí un poco como deben sentirse las personas que pierden la memoria.

Estoy segura, segura que había visto un bar que se llama Pimienta en la calle Londres en el centro de Santiago y que tenían cerveza Rothhammer pero por más vueltas que me di, jamás lo encontré.


Algo abrumada y confundida, le dije a mi partner que en el Café Escondido también la tenían, así que nos encaminamos hacía el Barrio Lastarria donde queda este lugar al que ya había ido en un par de ocasiones.


Pedí mi anhelada cerveza Rothhammer, la que andaba buscando hace un rato pues he leído muchos buenos comentarios, solo había versión Golden Ale.


No me equivoqué, el brebaje en cuestión es realmente bueno. Bien fría y en un frío vaso, llegó mi momento glorioso.

De 5,5º, tiene un color dorado intenso, muchos aromas frutales y su sabor persiste de forma muy muy agradable, me gustó mucho y se las recomiendo.

Mi contertulio pidió una Kross Stout, 4, 6º, que tiene un aroma muy agradable, como acaramelado, achocolatado y al final tostado. Es casi negra y el sabor es dulce pero ya al final, se me vuelve un poco hostigosa.


Como tenía hambre, pedí una tabla de quesos y fue aquí cuando comenzó mi decepción, pues mientras esperaba a que la mesera se terminara de pintar las uñas (literalmente) me dio tiempo para observar lo feo que está el lugar, con una película de suciedad en un piso que alguna vez fue un bello parquet.

Llegó la tabla y comenzamos a observar las 7 ú 8 galletitas saladas y los melancólicos quesitos, y nos dimos cuenta de que ni por si acaso esa tabla valía los 4.900 pesos que nos costó. Le pregunté a la niña si tenía alguna pasta para acompañar y me trajo una botella de ketchup, mayo, ají y mostaza Acuenta.........¿Qué le pasó al Café Escondido?


Apuramos nuestras birras y salimos raudos del lugar pues teníamos otros nombres en mente.

Yo quería más Rothhammer, decidimos ir al Berri, también en Lastarria, a ver si había otra versión.

Efectivamente, sí tenían, pero era la misma, y !!!600 pesos más barata!!!!!, maldición, odio cuando esto sucede.......... es tan buena, que pedí otra.

El Berri me gusta por que tiene olor a abuelito, todo es antiguo, los muebles, adornos, música de los 50 y 60s, da la impresión que Elvis te va a atender.




Seguimos con un shop de Tubinator del que ya les he contado y que sigue teniendo ese efecto macabro en mí, los 8,5º son reales y un shop de Küdell Golden Ale, 5,0º, de color naranjo intenso, suavemente dulce y bien amarga al final.

Acompañamos con empanadas de queso y marisco y la cuenta salió la mitad que en el otro lado.

Solo puedo decir que Rothhammer ha sido un gran descubrimiento, espero pronto encontrar a sus hermanas.

martes, 2 de noviembre de 2010

Oktoberfest en Malloco


Partí tipo 3 de la tarde rumbo al Terminal San Borja a tomar mi micro hacia Malloco, y, como yo nunca había ido a Malloco, no sabía cuál era hasta que un caballero me dijo: "súbase mijita, yo la llevo a la cerveza". Un taco terrible y luego una fila interminable de 45 minutos al sol hasta que las puertas del cielo se abrieron para mí y tuve un momento mariano al ver stands de cerveza hasta donde mi vista alcanzaba.

Como había tanta gente, decidí que partiría por aquellos en los que la fila era decente y por supuesto de las cervezas desconocidas para mí.

Primero, Cerveza de Autor, una rubia, una pequeña desgustación me bastó para encontrarla dulce y un poquito fome, así que seguí el camino hasta la cerveza Leyenda, otra pequeña degustación, de la British Bitter, de un sabor muy elegante y de la cual decidí traer un ejemplar a mi casa para luego probarla como se debe, ya que lamentablemente, todas las degustaciones eran en vaso plástico lo que no me permitió apreciar ni color, ni textura, ni espuma, así que o te comprabas el shop o te comprabas la botella.

Seguí con un shop de Cerveza Kaf Scotish Ale, 5, 8 º, con un agradable aroma, suficiente espuma, amable y turbia, lo que no sé por qué me agrada tanto. Buena cerveza.

Después de esto, ya no recuerdo bien el orden ni de las que probé, pues yo solo buscaba el stand de Kross para probar la Lupulus, pero en esta búsqueda vi cerveza verde, con la cual no me atreví, ya que entrevisté a algunos consumidores y me decían todos que "ni un brillo".

Mi partner probó con un shop de Küdell Scotish Ale, 6,5º, muy buena cerveza, intensa, roja, cálida, lástima lo del vaso de plástico, además se entibiaban muy pronto, pero de esta también tengo un ejemplar para catarlo como se debe.

Y al fin encontré la Kross Lupulus, deliciosa, me la sirvieron con poquita espuma, súper aromática, con carácter, excelente cerveza.

Para finalizar, decir que los precios estaban buenos en general, nada muy caro, solo la Gulden Draak que no hay caso de encontrarla más barata, mucha gente, mucho borracho odioso y que traje harto material a casa para continuar la búsqueda incansable de mi cerveza favorita!.