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martes, 3 de mayo de 2011

Cerveceándola no más.


Lectores, agradezco mucho que pasen por este blog que nació como un ejercicio personal, sin pretensiones de ningún tipo, pues siempre quise escribir pero nunca supe de qué, por eso disculpen si pierdo el norte narrando otros sucesos.

Es difícil vivir catando, pero igual hago esfuerzos sobre-humanos para llevar este reporte a tu pc.

Han sido muchas las cervezas que he degustado el último mes, malas, muy malas y otras muy buenas.


Estuve hace pocos días en la Cervecería Nacional, un bar situado en el Barrio Yungay, en el centro de Santiago, hacía mucho tiempo que quería ir, pues sabía que tenían muchas cervezas artesanales y también importadas, así que así sin más, mi compañero en esta senda me acompañó.

Llegamos temprano, no había casi gente, el lugar es simple y acogedor, me gustó, pero lo mejor es su carta, tienen muchas, pero muchas cervezas.

Bundor, Leyenda, Rock, en fin, también muchas importadas y por supuesto, su cerveza de la casa.

Como una de las cosas que ya sé sobre mis gustos cerveceros es que mi birra debe ser de 6º hacia arriba y como soy ruda y perversa, me pedí una Edelstoff Barley Wine de 10º, me gustó mucho, a pesar de sus 10º no pega tan fuerte pues es frutosa, acaramelada y tiene algo de toffee, muy poca carbonación y nada de espuma.


Barley wine es un estilo de cerveza fuerte originario de Inglaterra. En general me agradan las cervezas de Edelstoff, una microcervecería ubicada en San Bernardo que produce desde 2006.

Después de esta experiencia totalmente diferente, pues es una cerveza que deja un regusto casi a vino, continué con otra Edelstoff pues hay una promoción 2 x 3.000 pesos, y me pedí la Porter, de 5,2º, lo normal de espuma y bastante carbonatada, tostada, sabor mas bien corto.


Entremedio pedí una pizza vegetariana a la piedra muy buena para poder seguir con mi infatigable misión.

Pedimos también la cerveza de la casa, su espuma sabe a crema, mmmmm, algo ácida, de un bello color y un sabor que se queda un rato en el paladar, bastante turbia, no sé su graduación, pero no está nada mal.








Algún día elaboraré mi propia cerveza, dice mi hermano que necesitamos un lugar grande por que saldrán muchos olores, él sabe mucho de fermentos así que le creo, una vez hizo chicha (bebida típica del campo en Chile) y le quedó muy buena.






Para terminar esta jornada maratónica pedí una Perra Brava, no la conozco para nada, pero a esas alturas de la noche su nombre me pareció maravilloso, elegí la Perra Brava Dorada, una pale ale de 4º sin filtrar, que a esa altura parecía agua, pero igual tenía un agradable sabor, suave y un bello color rojizo. Creo que debe ser buena para maridar una rica comida.



¿La cuenta?, bastante razonable, así que definitivamente volveré a Cervecería Nacional pues me quedaron muuuuuchas cervezas que probar.

P.D. Por primera vez, bueno segunda, tomé prestada una foto, la de la fachada de la cervecería.

jueves, 24 de marzo de 2011

Amazonas.


Hoy les voy a contar sobre mi viaje por la selva peruana, la Amazonía peruana, con la que aún sigo alucinando.

Nos embarcamos rumbo a Perú con escala de un día en Lima para partir al día siguiente a Iquitos.

Iquitos está aislado del resto del país, solo se llega en avión o por barco y es como me imagino que es Macondo.
Cuando te bajas del avión la humedad te da una cachetada y cuesta hasta respirar. Yo no me quedé en Iquitos, pues compramos un paquete y en la agencia nos esperaba Dixon, un guía oriundo de la selva, quien nos llevó a Cumaceba Lodge, 30 minutos navegando por el río Amazonas.

Sentí una emoción tan grande cuando nuestro bote entró en aguas amazónicas, ganas de llorar, de reír, de abrazar........ Pero allí estaba yo, navegando por el río más grande y más caudaloso del planeta.


El lugar es tal como se muestra en la página, acogedor, limpio, en medio de la selva.
Está prohibido salir del recinto sin el guía, pues hay muchas cosas peligrosas para nosotros simples citadinos.
Evidentemente, no hay electricidad, la luz se reduce a lámparas de alcohol, lo que hacía todo más mágico aún.



En la selva amanece a las 5 y media y a las 6 de la tarde ya se pone el sol y los sonidos que se escuchan varían según la luminosidad.
Durante el día quedas extasiado ante tanto canto de distintas aves, miras para todas partes a ver si las ves, los monos gritan, todo tiene su sonido.
Por las noches los insectos son los que más se oyen y croc croc de ranas hasta el amenecer.

Lo más bello lo viví en el tour de la noche para observar caimanes, íbamos en bote-piragua por un río muy estrecho, bueno nunca vi caimanes, pero cuando Dixon apagó la linterna, todo se iluminó de luciérnagas........fue como Avatar.


Vimos muchos animales, tucanes, perezosos, muchos monos, anacondas, aves que solo ves en Discovery Channel, mariposas, insectos, peces.




Es un paraíso. Estiras la mano y tienes comida. Papayas, plátanos, yuca, y muchas a las que no les sé el nombre. Me sentí tan insignificante en medio de la exhuberancia, una millonésima parte del planeta, tan pequeña ante la Madre Tierra.




Conocimos a la tribu de los Yahuas, hicimos caminatas por la selva, pescamos pirañas, observamos delfines, hasta nos zambullimos en el río. También quedamos como coladores de tantos mosquitos que nos picaron, pero todo valió la pena


Todo por estar ahí donde aunque no lo parezca, va quedando poco, las madereras, refinerías de petróleo, viaductos, todo va destruyendo a este hermoso ecosistema. Así es el progreso ¿no?
Fue un viaje que le recomiendo a cualquier persona que ame la naturaleza.....pero háganlo pronto!!!!!!



P.D.
Por supuesto que probé las cervezas peruanas. Las "pilsen" peruanas. La verdad es que adoré al pueblo peruano, son muy amables todos, pero sus cervezas son muy malas. Lo siento, pero hasta la Cristal es rica al lado de una Zenda, Callao.......y la Brahma, oh por Dios, podía ser peor!!!!!!!! y la Iquiteña, era como agua, pero bueno, supongo que ellos beben cerveza como bebida para matar la sed, pues casi no tiene graduación alcohólica. La cusqueña no la tomé por que la verdad es que ya me encontraba bastante desilusionada y además esa la encuentro acá.
No recorrí mucho Lima, solo Miraflores, el centro y el Museo del Oro, pero el fuerte es el pisco sour, del que solo probé unos sorbos y bastaron para hacerme arder el estómago.

P:D 2.
En Lima me quedé en Pariwana Hostel, muy limpio, seguro, barato, cómodo, con un rico desayuno y muy bien ubicado.