
Lectores, agradezco mucho que pasen por este blog que nació como un ejercicio personal, sin pretensiones de ningún tipo, pues siempre quise escribir pero nunca supe de qué, por eso disculpen si pierdo el norte narrando otros sucesos.
Es difícil vivir catando, pero igual hago esfuerzos sobre-humanos para llevar este reporte a tu pc.
Han sido muchas las cervezas que he degustado el último mes, malas, muy malas y otras muy buenas.
Estuve hace pocos días en la Cervecería Nacional, un bar situado en el Barrio Yungay, en el centro de Santiago, hacía mucho tiempo que quería ir, pues sabía que tenían muchas cervezas artesanales y también importadas, así que así sin más, mi compañero en esta senda me acompañó.
Llegamos temprano, no había casi gente, el lugar es simple y acogedor, me gustó, pero lo mejor es su carta, tienen muchas, pero muchas cervezas.
Bundor, Leyenda, Rock, en fin, también muchas importadas y por supuesto, su cerveza de la casa.
Como una de las cosas que ya sé sobre mis gustos cerveceros es que mi birra debe ser de 6º hacia arriba y como soy ruda y perversa, me pedí una Edelstoff Barley Wine de 10º, me gustó mucho, a pesar de sus 10º no pega tan fuerte pues es frutosa, acaramelada y tiene algo de toffee, muy poca carbonación y nada de espuma.
Barley wine es un estilo de cerveza fuerte originario de Inglaterra. En general me agradan las cervezas de Edelstoff, una microcervecería ubicada en San Bernardo que produce desde 2006.
Después de esta experiencia totalmente diferente, pues es una cerveza que deja un regusto casi a vino, continué con otra Edelstoff pues hay una promoción 2 x 3.000 pesos, y me pedí la Porter, de 5,2º, lo normal de espuma y bastante carbonatada, tostada, sabor mas bien corto.
Entremedio pedí una pizza vegetariana a la piedra muy buena para poder seguir con mi infatigable misión.
Pedimos también la cerveza de la casa, su espuma sabe a crema, mmmmm, algo ácida, de un bello color y un sabor que se queda un rato en el paladar, bastante turbia, no sé su graduación, pero no está nada mal.
Algún día elaboraré mi propia cerveza, dice mi hermano que necesitamos un lugar grande por que saldrán muchos olores, él sabe mucho de fermentos así que le creo, una vez hizo chicha (bebida típica del campo en Chile) y le quedó muy buena.
Para terminar esta jornada maratónica pedí una Perra Brava, no la conozco para nada, pero a esas alturas de la noche su nombre me pareció maravilloso, elegí la Perra Brava Dorada, una pale ale de 4º sin filtrar, que a esa altura parecía agua, pero igual tenía un agradable sabor, suave y un bello color rojizo. Creo que debe ser buena para maridar una rica comida.
¿La cuenta?, bastante razonable, así que definitivamente volveré a Cervecería Nacional pues me quedaron muuuuuchas cervezas que probar.
P.D. Por primera vez, bueno segunda, tomé prestada una foto, la de la fachada de la cervecería.